Si bien su éxito en Cannes la colocó como una de las grandes favoritas para los premios Oscar 2025, el globo de ‘Emilia Pérez’ fue desinflándose por el camino por varios motivos, desde el malestar que generó en México por la forma en la que retrata (o caricaturiza) el país desde una visión eurocentrista a la polémica por los tuits racistas de Karla Sofía Gascón. Aún así, la cinta francesa recibió anoche dos galardones de la Academia, aunque sus discursos de aceptación dejaron fuera de juego un tema muy importante.
Es usual escuchar en los discursos de premios referencias a los temas de las películas que les llevan hasta ahí. Por ejemplo, Mikey Madison, después de su retahíla de nombres y agradecimientos, tuvo un momento para mencionar a las trabajadoras sexuales, en relación con ‘Anora’. No fue así con el equipo de ‘Emilia Pérez’, que no llegó siquiera a pronunciar la palabra «trans» sobre el escenario, ni como discurso político ni tampoco respecto a la trama de la cinta y su significado. Lo cual, siendo una historia sobre la transición de una mujer trans, la protagonista, es bastante llamativo.
El dúo de compositores Clément Ducol y Camille ganaron el Oscar a Mejor Canción Original por ‘El Mal’ y subieron a recogerlo acompañados del director Jacques Audiard, también letrista de la canción. Mientras que Camille destacó sobre su canción que esperaba que reflejase «el papel que la música y el arte pueden desempeñar y seguir desempeñando como fuerza del bien y del progreso en el mundo», su marido nombró a las «fenomenales intérpretes Zoe Zaldaña y Karla Sofía Gascón por darle vida a esta canción». Ninguno de ellos, sin embargo, nombró a las personas trans en su discurso.
Tampoco lo hizo, y esto fue aún más sorprendente, la actriz Zoe Zaldaña, quien fue distinguida como Mejor Actriz Secundaria. Destacó en su discurso, eso sí, su condición de hija de inmigrantes de República Dominicana. En ocasiones anteriores, Zaldaña sí había hablado de las personas trans y su vínculo personal con la comunidad. Esta vez no lo hizo sobre el escenario de los Oscar, pero sí cuando habló con los medios más tarde: «Dedico todos estos premios y la película ‘Emilia Pérez’ a mi sobrino, Eli. Él es la razón, elles son la razón, por la que me apunté a hacer esta película en primer lugar. Así que, como orgullosa tía de una vida trans, siempre apoyaré a mi comunidad de personas trans».
Así, el equipo de ‘Emilia Pérez’ perdió la oportunidad de reivindicar los derechos de las personas trans en uno de los eventos culturales más seguidos a nivel mundial y en un momento reaccionario intenso contra los mismos, especialmente en EEUU. Desde su regreso al poder, Donald Trump se ha mostrado altamente belingerante contra las personas trans, al igual que su secuaz Elon Musk, quien tiene una hija trans con la que no mantiene relación (lo cual se especula que podría ser la razón de su odio hacia la comunidad). Trump emitió una orden ejecutiva el pasado mes de enero en la que establecía de forma oficial que en EEUU solo existen dos géneros definidos al nacer, revocando para muchas personas el género sentido del pasaporte. Entre ellas, lo ha sufrido Hunter Schafer.
Esta llamativa falta de nombrar a las personas trans por parte del equipo de ‘Emilia Pérez’ podría justificarse como un «olvido» o servir para ahondar en el debate de si la cinta hace una buena representación de las personas trans, algo que se lleva poniendo en cuestión desde que muchas personas queer la vieron y criticaron, o si a Jacques Audiard y su equipo realmente le importaron alguna vez las personas trans. Para GLAAD (ONG sobre la representación en medios de las personas LGTBQ+), se trata de un «retrato profundamente retrógrado de una mujer trans».
Amelia Hansford escribía en PinkNews un artículo titulado «Como mujer trans, esta es la razón por la que creo que Emilia Pérez es mediocre, hipócrita y dañina» y señalaba que «el guion de Emilia Pérez es tan cisgénero que es casi satírico» y que no se preocupaba por retratar con conocimiento de causa temas clave como las operaciones de reafirmación de género de Emilia Pérez: «Es un guion muy alejado del proceso de transición como mujer trans, y sin embargo suelta falsedades con una convicción tan audaz e intensa, que uno pensaría que el propio Audiard se ha sometido a 500 cirugías de afirmación de género diferentes en una sola sesión».
Y añade Hansford: «‘Emilia Pérez’ es principalmente una película sobre renacer, e intenta usar la idea de la transición para transmitir que a través de su transición, Emilia está tratando de arrepentirse de los pecados que cometió en su época como jefa del cártel. El problema con esto es que la transición no es una decisión moral y el acto de transición por sí solo no te absuelve de tu yo pasado. No es una muerte, ni es un renacimiento».
Nací en Wisteria Lane, fui compañero de piso de Hannah Horvath y ‘Chicago’ me volvió loco porque Roxie Hart soy yo. Tengo la lengua afilada, pero, como dijo Lola Flores, «me tenían que dar una subvención por la alegría».