Dicen que no hay nada que guste más a los honorables miembros de la Academia de Hollywood que una historia de redención: una estrella caída en desgracia –olvidada, aplastada por el infortunio o, si puede ser, las dos cosas– que resurge de sus cenizas para triunfar en los Oscar, la gran noche del cine USA. Pues no es cierto, hay algo que aún gusta más a los académicos: abofetear (metafóricamente, claro) a esas estrellas que creen que por fin van a recuperar la gloria perdida y noquearlos de nuevo para que sean conscientes de que si Roma no pagaba traidores, la industria se lo piensa dos veces antes de premiar quién osó morder su mano.
El regreso de los hijos pródigos
La clave para llegar a lo más alto en un negocio que se dedica a fabricar sueños reside en crearse una narrativa lo más trabajada posible: una historia de superación de manual, el regreso a los focos tras una temporada alejado de ellos; dejar atrás docenas de películas alimenticias que ocultaban un potencial oculto pero evidente para todo aquel que quisiera ver; salirse de la sombra de unos padres-maridos-encasillamientos–adicciones que habían marcado sus carreras.
En 2023 asistimos a la sublimación de los Comeback, el término con el que se conoce este fenómeno, cuando los cuatro intérpretes premiados respondieron perfectamente a este retrato robot. Brendan Fraser y Michelle Yeoh en las categorías principales. Él, una ex estrella del cine de acción y guapo rompetaquillas que se apartó del cine y refugió en si mismo tras denunciar en 2018 que Philip Berk, presidente de la HFPA, los organizadores de los Globos de Oro, le había tocado el trasero en 2003, ganó por ‘La ballena (The Whale)’. Ella, durante años arrinconada en producciones de Hong Kong, denunció el racismo de una industria que solo le ofrecia papeles de relleno que le hicieron pensar en dejarlo, ganó por ‘Todo a la vez en todas partes’.
Y de ese film surgieron también los premiados a Mejor Secundario: Ke Huy Quan, el Tapón de ‘Indiana Jones y el templo maldito’ y Data en ‘Los Goonies’, que abandonó Hollwyood por el mismo motivo que Yeoh e incluso dejó de actuar para convertirse en especialista de acción y coreógrafo de escenas de lucha o trabajar como asistente de Wong Kar Wai; y Jamie Lee Curtis, hija de dos estrellas como Tony Curtis y Janet Leigh, que más que beneficiarse del nepotismo del sistema –que también– se quejó de no haber sido nunca tomada en serio precisamente por venir de dónde venía. ¿No querían redención? Pues ahí van cuatro tazas.
La sustancia del éxito
Este año tenemos una nueva dosis de Comeback para gozo de todos los adictos a esta clase de historias de realización y superación personales. Por un lado tenemos a Adrien Brody, que 22 años después de su única nominación, y premio, por ‘El pianista’, vuelve a estar entre los finalistas por ‘The Brutalist’. 22 años son muchos, pero quedan lejos de los 41 que separan las candidaturas de Henry Fonda por ‘Las uvas de la ira’ en 1941 y ‘En el estanque dorado’ en 1982. Y por el otro, está Demi Moore, candidata por ‘La sustancia’. Y la suya sí es (o puede ser) el regreso triunfal de este año. Tras acaparar miradas como hija de Michael Caine en ‘Lío en Río’ y aparecer en una esquina en todas las fotos del Brat Pack en los 80 –junto a Rob Lowe en ‘St. Elmo, punto de encuentro’ y ‘¿Qué pasó anoche?’, con John Cusak en ‘Un verano loco’–, se convirtió en la actriz mejor pagada en los años 90 gracias a taquillazos como ‘Ghost’, ‘Algunos hombres buenos’ o, sobre todo, ‘Una proposición indecente’, ‘Striptease’ y ‘La teniente O’Neill’. Y del éxito, al olvido –y a las películas menores– en un abrir y cerrar de ojos.
Ahora, con 62 años parece que por fin puede lograr el reconocimiento de sus colegas gracias a ‘La sustancia’. Su discurso al recoger el Globo de Oro a Mejor Actriz de Drama tocó la fibra a todo el personal e iba especialmente dirigido al gremio de intérpretes, el más numeroso en la Academia y clave para confirmar las aspiraciones de los candidatos. “Llevo mucho tiempo dedicándome a esto, más de 45 años. Y esta es la primera vez que gano algo como actriz… Hace 30 años, un productor me dijo que era una actriz de cine de palomitas. Eso quería decir que nunca podría pasarme algo como esto. Podía rodar películas que fueran un éxito y recaudaran mucho en taquilla, pero mi trabajo no sería reconocido. Y me lo creí”, dijo al recoger su premio.
Ese discurso puede que le dé el empujón definitivo para imponerse a Mikey Madison, la otra gran favorita de la categoría con ‘Anora’, por mucho que las dos vieran como Karla Sofia Gascón –y sus compañeras de reparto– ganara el premio a Mejor Actriz en el Festival de Cannes. Ese sí, el de Gascón, sería el Comeback total, pero todo pinta a que no se dará… Así las cosas, esperando ver qué pesará más –si un pasado dorado, el Globo de Oro y el SAG, el premio del Sindicato de actores, de Moore o la energía de las novatas, el BAFTA y la etiqueta de rival a batir del film de Sean Baker de Madison–,hemos decidido recoger algunos de los mejores regresos de las últimas ediciones. Los que tuvieron final feliz… y los que no.
Tres finales felices
Robert Downey Jr., Mejor Actor Secundario por ‘Oppenheimer’ en 2023
Indiscutiblemente la suya es la historia de redención definitiva. De todos los ganadores, él es el único que literalmente estuvo en la cárcel. Candidato en 1993 a Mejor Actor por encarnar a Charlie Chaplin en el biopic que dirigió Richard Atenborough y en 2009 como secundario por ‘Tropic Thunder’, Downey Jr. se pasó la mitad de los 90 borracho, colocado, detenido o todo al mismo tiempo. Sus problemas con la justicia son legendarios –una vez, incapaz de reconocer su casa, se coló en la de su vecino para dormir la mona en la habitación de los niños–, pero en 1996 fue arrestado por posesión de heroína, cocaína y llevar encima una Magnum 357. Descargada, eso sí. Le cayó una condena de tres años en la cárcel, de los que cumplió 15 meses en la prisión estatal de Corcoran, en California, en 1999. Tras salir de ella, Mel Gibson y Shane Black acudieron en su ayuda, pero no fue hasta que conoció a su esposa, Susan Downey, que encauzó su carrera. El éxito de ‘Iron Man’ y su rol central en el Universo Marvel lo cambiaron todo y el Oscar de ‘Oppenheimer’ selló su reconciliación definitiva con Hollywood.
Matthew McConaughey, Mejor Actor por ‘Dallas Buyers Club’ en 2014
Para ser justos, la McConaissance, un juego de palabras que unía el apellido del texano con ‘Renaissance’, es decir, ‘Renacimiento’, empezó mucho antes de que el film del malogrado Jean-Marc Vallée arrasara en las categorías interpretativas –Jared Leto también se llevó el Oscar a Mejor Secundario– de la temporada de premios de 2013. Cintas como ‘Bernie’, ‘Killer Joe’, ‘Mud’ o ‘Magic Mike’y especialmente la tormenta perfecta que supuso la coincidencia de la primer temporada de ‘True Detective’ –el primer episodio se emitió el 12 de enero de 2014, seis semanas antes de la celebración de la gala de los Oscar– y su fugaz aparición en ‘El lobo de Wall Street’ convirtieron a Matthew McConaughey en el hombre no del momento, de la década. Convertido en (casi) un chiste la mayoría de la primera década de los 2000 –descamisado, bongos y canuto en mano atrapado en un verano perpetuo–, este premio encauzó la carrera de un actor que en sus inicios había sido etiquetado como el heredero de Paul Newman gracias a papeles como el del sheriff de ‘Lone Star’ o el abogado idealista de ‘Tiempo de matar’, pero que se perdió hastiado en los abismos de la rom-com. Un género que, sin embargo, McConaughey reivindicó: “No todo el mundo sabe cómo hacerlas. Y están bien, joder. ¿Qué hay de malo en ellas?”, nos dijo en una entrevista en 2013.
Sandra Bullock, Mejor Actriz por ‘The Blind Side (Un sueño posible)’ en 2009
Es cierto que antes que ella ya lo habían ganado Julia Roberts –Mejor Actriz por ‘Erin Brokovich’ en el 2000–, Renée Zellweger –en 2003, Mejor Actriz Secundaria por ‘Cold Mountain’–, o Reese Witherspoon –Mejor Actriz en 2005 por ‘En la cuerda floja’–, pero ver a Sandra Bullock llevarse la estatuilla nos hizo mirar con otros ojos las comedias románticas. Un premio que, seamos honestos, no se lo esperaba nadie… Bueno, nadie excepto Hugh Grant que hace unas semanas nos defendía a muerte su compañera en ‘Amor con preaviso’: “Me dieron ganas de decir: ‘Lo sabía, estaba convencido de que era buenísima’. Además, ¿cómo puedes menospreciar a Sandra Bullock por hacer comedia romántica cuando es absolutamente brillante? Posee un talento extraordinario, para mí mucho más que el de quien es capaz de llorar y hacer todas esas cosas que a la Academia le encantan”. Pese a que Bullock tenía en su currículum ‘Crash’, Oscar a Mejor Film –una de las películas vencedoras en la máxima categoría con peor valoración crítica de la Historia–, su historial en comedias románticas y thrillers insulsos oscurecieron un arranque que empezó a quemar rueda con ‘Speed’. Un dato curioso: Cate Blanchett, que después trabajaría con Bullock en ‘Ocean’s 8’, nos privó de verla con un segundo Oscar, y junto a Matthew McConaughey con el que coincidió en ‘Tiempo de matar’, cuando la Bullock fue nominada por segunda vez, por ‘Gravity’.
Tres finales tristes
Mickey Rourke, perdedor con ‘El luchador’ en 2009 ante Sean Penn
Pocos momentos tan dolorosos como cuando Michael Douglas, acompañado de otros cuatro históricos premiados como Robert De Niro, Ben Kingsley, Anthony Hopkins y Adrien Brody, leyó el nombre del ganador del Oscar a Mejor Actor en la gala celebrada el 22 de febrero de 2009… y Sean Penn subió como si tal cosa a recoger el premio por su trabajo en ‘Mi nombre es Harvey Milk’ con una platea puesta en pie. También Mickey Rourke, que hasta ese momento, gracias a ‘El luchador’ era el favorito –de las apuestas, del público, de todo el mundo con un poco de corazón– por entregarse en cuerpo y alma a un personaje que, haciendo honor al tópico, es uno de esos que llegan solo una vez en la vida. Su Randy ‘The Ram’ Robinson era todo carne, todo angustia, todo remordimiento… como lo era el propio Rourke, el chico de la moto de ’La ley de la calle’ de Coppola, todo magnetismo en ‘El corazón del ángel’ y sex-symbol y rebelde o malote oficial de los 80 gracias a cintas como ‘Nueve semanas y media’ que dejó los sets para subirse al ring y probarse como boxeador.
Rourke se había llevado el Globo de Oro, el Indie Spirits Awards y el BAFTA y parecía lanzado a por la estatuilla en la que era su primera nominación. Pero Penn, con el Critic’s Choice y el premio del Sindicato de Actores, lo evitó. Su discurso de agradecimiento terminó con un “Mickey Rourke es mi hermano y volverá a levantarse”. La pena es que no lo hizo.
Sylvester Stallone, perdedor con ‘Creed’ en 2016 ante Mark Rylance
Entregas y gags aparte, Sylvester Stallone solo ha subido una vez al escenario del entonces Dorothy Chandler Pavilion, y fue para recoger un premio que no había ganado él. Fue acompañando a Robert Chartoff e Irwin Wenkler, productores de ‘Rocky’, Mejor Película en 1976 en una terna en la que se impuso a ‘Taxi Driver’, ‘Network, un mundo implacable’, ‘Esta tierra es mi tierra’ y ‘Todos los hombres del presidente’. Antes, Stallone había perdido ante el finado Peter Finch el Oscar a Mejor Actor y el mítico Paddy Chayefsky el galardón a Mejor Guion Original. El potro italiano tuvo que esperar 29 años para conseguir una tercera nominación, y fue por interpretar de nuevo a Rocky Balboa en ‘Creed’, spin-off de su saga en la que pasaba el testigo –y el calzón de barras y estrellas– a Michael B. Jordan.
Pocos Comebacks tan cantados como este: Stallone había ganado la temporada de premios por K.O. llevándose el Globo de Oro, el National Board of Review, el Critic’s Choice y la mayoría de reconocimientos de los círculos de críticos estadounidenses. El premio del Sindicato de Actores fue para Idris Elba por ‘Beasts of No Nation’, mientras que Mark Rylance tenía solo a su favor el BAFTA. Parecía hecho. Pero entonces Patricia Arquette abrió el sobre y Stallone cayó a la lona: la estatuilla fue era para Rylance por ‘El puente de los espías’. El shock fue total. Su otrora rival, Arnold Schwarzenegger, le dedicó un mensaje en redes diciendo que para él, él era el ganador. La Academia premió un notable trabajo en un notable film de Steven Spielberg, pero perdió la oportunidad de reconocer una leyenda.
Michael Keaton, perdedor con ‘Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia)’ en 2014 ante Eddie Redmayne
Otra gran estrella de los 80, el mismísimo Batman de Tim Burton, interpretando a un actor que vive bajo la sombra de su personaje, un superhéroe llamado Birdman, que intenta levantar una obra de teatro basada en un cuento de Raymond Carver. Las conexiones entre ficción y realidad eran tan evidentes, estaba todo tan claro… incluso para el propio Michael Keaton, que nos rompió a todos el corazón cuando la cámara le pilló guardando en el bolsillo de su americana el discurso de agradecimiento que tenía ya en la mano a punto para leer cuando Cate Blanchett pronunció el nombre de Eddie Redmayne como ganador.
Tampoco es que Keaton, tras unos finales años 80 cargados de éxitos con títulos como, además de la citada Batman, ‘Bitelchús’ o ‘De repente, un extraño’, thriller en el que interpretaba un perturbador villano y atormentaba a Matthew Modine y Melanie Griffith, hubiese experimentado un descenso a los infiernos como el de Rourke o fuera etiquetado como carne para taquilla como Stallone –pese a tener en su haber roles tan destacables como los de ‘Copland’–, pero sí que parecía que ya había jugado sus mejores partidos. Keaton tuvo la habilidad de canalizar el empujón que le dio su hasta la fecha única nominación para volver a las grandes ligas: un año después formaba parte del cast de ‘Spotlight’, Oscar a Mejor Film, y al siguiente, regresaba al cine de superhéroes como ‘Buitre’, el primer rival del primer film en solitario del Spider-Man de Tom Holland. Todo parece indicar que su historia con los premios no se ha cerrado.
Roger Salvans es experto en cine y series de TV de ayer, hoy y siempre. Del Hollywood dorado a la generación de los rebeldes de los años 70 que lo cambiaron todo. Los clásicos ochenteros los indies del cambio de siglo, blockbusters palomiteros –con o sin capa– o las cintas de autor más rompedoras a las series de culto, consumo masivo y devoción absoluta.
Roger lleva 20 años escribiendo en las páginas de Fotogramas, revista de la que es actualmente redactor jefe de la edición impresa y para la que ha entrevistado a centenares de directores y estrellas de la gran y pequeña pantalla: los hermanos Coen, David Fincher, Scarlett Johansson, Paul Mescal, Steven Spielberg, Tim Burton, Martin Scorsese, Leonardo Di Caprio, Christopher Lee, Margot Robbie, Aaron Sorkin, Anya Taylor-Joy y muchísimos más.
Licenciado en Comunicación Audiovisual, profesor universitario durante 15 años, guionista y periodista con casi tres décadas de experiencia, también ha colaborado frecuentemente en distintos medios de radio y TV.