A comienzos de los 90 se estrenó ‘Algunos hombres buenos’ (1992), de Rob Reiner, una de las películas más exitosas de la década. Escrita por Aaron Sorkin, la cinta gira en torno al juicio militar contra dos marines acusados de asesinar a un compañero en la base de Guantánamo. El joven abogado Daniel Kaffee, interpretado por Tom Cruise, debe enfrentarse a las estructuras del poder militar para llegar al fondo del asunto, contando con la ayuda de los personajes que encarnan Demi Moore y Kevin Pollack. El clímax del filme llega en el juicio final, cuando el coronel Nathan R. Jessep, personaje interpretado por Jack Nicholson, pronuncia un encendido monólogo que pasó a la historia de Hollywood. Con varias décadas de experiencia a sus espaldas, el propio Nicholson aportó al rodaje su intensidad singular y su veteranía, haciendo que su presencia impusiera un enorme respeto en un elenco formado en su mayoría por intérpretes jóvenes como Cruise, Moore, Kevin Bacon, Kiefer Sutherland, Cuba Gooding Jr. o James Marshall, entre otros.
En mayo de 2018, Rob Reiner recordó esa secuencia durante una entrevista en el programa ‘The Rich Eisen Show’. El cineasta fue preguntado específicamente por la manera en la que Jack Nicholson se preparó para la crucial escena del juicio: “Fue interesante trabajar con Jack Nicholson, porque teníamos la escena del juicio, en la que Jack tenía ese gran monólogo. Antes de comenzar a grabar le dije: ‘Te doy a elegir: si estás listo para empezar, grabo tus partes ahora. Si quieres tener tiempo para ensayarlo, grabaré las reacciones primero y luego volveremos contigo, lo que prefieras’. Me dijo: ‘Empieza con las reacciones’. Así que comencé con Tom Cruise, Demi Moore, Kevin Bacon, Kevin Pollock, el juez, el jurado… Mientras grabo todas las reacciones, en cada toma que él hizo fuera de cámara, hizo exactamente la misma actuación que luego ves en la película. Después de dos o tres tomas me acerqué a él y le dije: ‘Jack, quizás quieras guardar un poco de energía para después’. Porque estaba dándolo todo en cada toma, y estaba fuera de cámara. Y me contestó: ‘Rob, debes entenderlo, amo actuar’. Luego pusimos la cámara enfocándole y lo hizo exactamente igual. Increíble”.
Ese mismo respeto quedó patente en el testimonio que ofreció Kevin Bacon, actor que apareció en la película y quien ya había pasado con anterioridad por los micrófonos de ‘The Rich Eisen Show’, en noviembre de 2017, donde fue preguntado también por el magnetismo de Nicholson durante el rodaje de la película: “En esa situación, algunos actores dejan de ponerle energía, dejan prácticamente de actuar, o incluso en otras ocasiones se van directamente a su casa, porque piensan: ‘No estaré fuera de cámara, así que mejor que te dé la réplica el apuntador’. O hablas con una mano, o con una marca en la pared. Jack estuvo haciendo su escena durante 12 o 14 horas, para que todos nosotros tuviéramos algo a lo que reaccionar. Trabajo desde hace muchos años, pero aquella fue una lección a la que siempre me he aferrado”.
A estas voces también se sumó la de Kiefer Sutherland, que encarnó al teniente Kendrick en la película, quien explicó el enorme trabajo de Nicholson durante aquel rodaje: “Literalmente todos los actores, yo incluido, personas que tenían ese día libre… Todos fuimos a trabajar. Y nos sentamos en un lado para observarle. Bruce Willis abandonó un rodaje solo para verlo en persona, cruzando los estudios desde otro proyecto. Nunca vi algo así en otro filme, en el que otros actores quieren ver lo que un actor va a hacer con el material. Nunca vi a un actor comandar un rodaje de esa manera. Jack Nicholson estuvo extraordinario. Siempre me sentí más afortunado de haber presenciado aquello, que de ser parte de la película”.
