
Figura clave del cine de acción y mito indiscutible de las artes marciales, Bruce Lee marcó un antes y un después en la forma de representar el combate en la gran pantalla. Nacido en San Francisco, en el seno de una familia hongkonesa, desarrolló su carrera entre Estados Unidos y Hong Kong, donde encontró su lugar como estrella internacional. Antes de alcanzar la fama, el artista marcial tuvo un papel secundario en la serie ‘El avispón verde’, pero su verdadero estallido llegó con una breve pero intensa filmografía que dejó huella en el imaginario popular, con títulos como ‘Kárate a muerte en Bangkok’ (1971), de Lo Wei, ‘Furia oriental’ (1972), también dirigida por Lo Wei, ‘El furor del dragón’ (1972), que él mismo dirigió, ‘Operación Dragón’ (1973), de Robert Clouse, o la póstuma ‘Juego con la muerte’ (1978), también de Clouse, que lo consagraron como leyenda, gracias principalmente a un carisma inigualable, y a una filosofía de vida y un estilo de combate que todavía hoy en día continúan influyendo a generaciones enteras de artistas marciales y cineastas.
Sin embargo, en julio de 1973, Bruce Lee falleció de forma repentina a los 32 años, dejando un enorme vacío en el cine de acción y artes marciales. Aunque la causa oficial de la muerte nunca ha quedado del todo clara, se atribuyó a una reacción adversa a un medicamento que le habría sido recetado a causa de un edema cerebral que había sufrido pocos meses antes. La noticia conmocionó a la industria y a millones de seguidores en todo el mundo. No obstante, pocos años más tarde el gran vacío que dejó fue llenado por un joven especialista llamado Jackie Chan, con una amplia experiencia como doble de acción, que comenzó a destacar por su habilidad física y carisma gracias a títulos clásicos del cine hongkonés como ‘La serpiente a la sombra del águila’ (1978), o ‘El mono borracho en el ojo del tigre (Drunken Master)’ (1978), ambas dirigidas por Yuen Woo-ping. Chan consiguió desarrolló un estilo único que mezclaba artes marciales y comedia, y gracias a ello consiguió entrar, tras años de duro trabajo, en la exigente industria cinematográfica de Hollywood, donde consolidó su estatus de estrella gracias a películas como ‘Hora punta’ (1998), de Brett Ratner, o ‘Shanghai Kid, del este al oeste’ (2000), de Tom Dey.
Ambos artistas marciales coincidieron durante el rodaje de ‘Operación Dragón’ (1973), de Robert Clouse, cuando Bruce Lee era ya una estrella internacional, mientras que por su parte, Jackie Chan aparecía en la película como un mero extra en varias escenas de lucha. El filme narra la historia de un experto en artes marciales que es reclutado por una agencia de inteligencia para infiltrarse en un torneo clandestino organizado por un antiguo monje caído en la delincuencia. La cinta supuso la consagración mundial definitiva de Bruce Lee y fue también uno de los primeros grandes éxitos de taquilla del cine de artes marciales en Occidente.
Décadas después de su estreno, Jackie Chan ha contado en repetidas ocasiones cómo vivió aquella experiencia junto a su ídolo.: “La mejor historia, para mí, creo que fue cuando era joven, y estaba haciendo ‘Operación Dragón’, peleando con Bruce Lee. Yo estaba detrás de la cámara, esperando, y solo veía a Bruce Lee peleando. Entonces, cuando me dieron la orden, corrí hacia él y de repente mi vista se puso negra, porque me pegó justo en la cabeza. Se equivocó, pero yo no hice nada. Me sentí un poco mareado, pero estaba bien. Miré a Bruce, y él no hacía nada, miraba a todo el mundo y siguió actuando hasta que el director dijo: ‘¡Corten!’. Entonces se giró y dijo: ‘¡Oh, por Dios!’. Él corrió hacia mí y me levantó del suelo: ‘Lo siento, lo siento’. Y la verdad es que yo ya no estaba dolorido, porque era joven y muy resistente, pero de pronto, no sé muy bien por qué, hice como si estuviera muy dolorido. Yo solo quería que Bruce Lee me sostuviera durante más rato. Yo solamente decía: ‘Oh, oh…’. Durante todo el resto del día, cada vez que él me miraba, tenía un gesto conmigo. Y creo que ese es el mejor momento. De pronto él vino hacia mí y me dijo: ‘¿Cuál es tu nombre?’. Yo le dije: ‘Mi nombre es Jackie’. Me preguntó: ‘¿Qué estilo de arte estás aprendiendo?’. Yo le respondí: ‘El estilo del sur’”.